Destinados a guiar
a los sacerdotes y con ellos a pueblos enteros por el transcurso del tiempo,
los unicos tres códices mayas prehispanicos en condiciones legibles
que se conservan - Paris, Madrid y Dresden, Llamados asi en alusión
a la ciudad que ahora los alberga son un espléndido testimonio de
la mas larga tradición de "escribir-pintando" entre las culturas
mesoamericanas.
El conjunto de manuscritos jeroglificos prehispanicos que hoy se
conocen como códices mayas està formado por menos de una
decena de ejemplares, nùmero sorprendentemente bajo si se toma en
cuenta que de esa región mesoamericana es de donde procede la tradición
màs larga de escritura indigena y que ahi se usaron los códices
durante màs de mil años.
LOS CÓDICES DEL CLÀSICO
MAYA
Aunque no sabemos desde cuàndo hay códices en el area maya,
los vestigios arqueolégicos indican que en periodo Clàsico
Temprano (300-600 d.C.) ya se empleaban pues algunos han sido hallados
en tumbas en Belice y Honduras. De ninguno de ellos conoce el contenido,
pues la mayoria no ha resistido el paso del tiempo; son sólo pequeños
fragmentos apilados de escamas de cal con pintura, como los hallados en
tumbas de Uaxactùn, San Agustin Acasaguastlàn y, recientemente,
en Copàn. Aunque el material orgànico desapareció,
se conserva parte del mineral, lo que indica que hubo una larga tira de
papel vegetal cubierta con una capa blanca, pintada y doblada en forma
de biombo. Los restos muestran que los códices del periodo Clàsico
tenian un formato cuadrado.
El de Copàn parece haber medido unos
40 cm por lado, mientras que el de Altùn Ha, mucho mejor conservado,
media alrededor de 20 cm por lado y tenia quizàs 10 cm de grosor;
era posible percibir los dobleces de sus paginas, asi como un color verde
claro en el fondo, con motivos hechos con finas lineas negras, iluminados
con rojo brillante, que no pudieron ser identificados. Parece corresponder
a mediados del siglo vi después de Cristo.
Se conocen varias representaciones de códices, semejantes a los
hallados por los arqueólogos, en bellas imàgenes de ceràniica
pintada del Clàsico Tardio ( 600-900 d.C.). En ellas se muestran
cerrados, vistos lateralmente, señalados los dobleces y con cubiertas
de piel de jaguar.
Por su parte, los cronistas españoles describen los códices
mayas cuidadosamente, pues los conocieron, supieron cómo se leian...
y aun los quemaron. Entre los autores que brindan la información
màs detallada se encuentran Pedro Màrtir de Angleria, los
franciscanos Diego de Landa, Antonio de Ciudad Real y el padre Pedro Sànchez
de Aguilar. Sus textos se refieren a la peninsula de Yucatàn y fueron
escritos en diversos momentos del siglo xvi. A través de ellos,
sabemos que muchos códices trataban los asuntos religiosos; por
ello, los sacerdotes católicos debieron destruirlos, pues tenian
una sincera preocupación por desterrar las,creencias indigenas.
Este hecho ha sido exagerado por diversos autores y realmente no sabemos
cuàntos se perdieron asi; Sànchez de Aguilar afirma haber
destruido tres y Landa, haber quemado "todos".
A pesar de los esfuerzos por hacerlos desaparecer, la tradición
continua; por una parte, sabemos que hacia 1696, en Tayasal, isla que està
en el lago de Petén Itzà en la actual Guatemala, los itzaes
los seguian empleando y gracias a ellos conocian el sistema calendarico
de los katunes y conservaban una concepción ciclica de la historia.
Por otra parte, hay que hacer destacar que muchos códices fueron
transcritos con caracteres latinos sobre papel europeo; son los textos
que abora llamainos literatura maya.
Los màs conocidos son los libros de Chilam Balam, en los que se
consignaron asuntos diversos. En varios pasajes se hace referencia a los
códices, por lo que es claro que los manuscritos fueron copiados
directamente de los libros jeroglificos. Esos ejemplos estàn escritos
en maya yucateco, aun que hay otro conjunto de textos que tainbién
proviene de otros libros jeroglificos escritos en quiché y cakchiquel
(idiomas mayas de las tierras altas de Guatemala); el Popol Vuh, cumbre
de la literatura maya, es también un códice transcrito.
LOS CODICES MADRID, DRESDEN
Y PARIS
Durante el siglo xix se supo de la existencia de tres códices
mayas en Europa. De hecho, se trata de tres fragmentas que carecen de cubiertas
y estàn aceptablemente bien conservados. De ellos se desconoce como,
cuàndo y por qué llegaron a ese continente; asi, aunque fueron
hechos por hombres mayas y los textos que contienen estàn en maya
yucateco, reciben el nombre de la ciudad que los alberga: Dresden, Madrid
y Paris. Para la mayoria de los autores, son los ùnicos códices
que se conservan del mundo maya prehispànico.
El Codice Tro-Cortesiano o Códice Madrid es el màs largo
y el que se encuentra en mejores condiciones; en 1989, el Instituto de
Conservación y Restauración de Bienes Culturales de España
lo consolidó.
Actualmente està resguardado en condiciones especiales que garantizan
su conservación. Durante la segunda guerra mundial, la ciudad de
Dresden fue bombardeada y el códice que lleva el nombre de esa urbe
sufrió serios daños en 12 de sus paginas, quizà debido
al agua, pues a todo lo largo se ha perdido una sección triangular
en las esquinas superiores. Se encuentra separado en tres secciones y ahora
se han perdido muchos detalles en relación con la copia que apareció
publicada por Kingsborough en el siglo xix.
Con todo, el màs deteriorado de los codices es el Paris, pues a
capa blanca que cubria el papel se ha desprendido en dos de las pagina
y en el resto del códice sólo se conserva en la parte central.
Desconocemos la época precisa en que esos tres códices fueron
escritos y la región de donde proceden. Se piensa que los tres estaban
en uso en el momento del contacto cultural entre mayas y españoles
y que fueron realizados entre los siglos xii y xv en distintos puntos de
la peninsula de Yucatàn. En los tres està presente el calendario
maya de 260 dias, los signos jeroglificos empleados por los mayas durante
màs de mil años y una serie de figuras de animales y de personajes
que, en su mayoria, representan dioses.
Es claro que, en el mundo maya, escribir implicaba a la vez el empleo de
glifos y figuras, por ello, en los diccionarios encontramos la voz ts'ib ,
que significa tanto "escritura" como "escribir y pintar", de donde
se infiere que la escritura requeria muchas veces el complemento de las
figuras y, posiblemente, del color. Los tónós empleados en
esos códices son el rojo y el negro, asi como el caracteristico
azul maya. Los amanuenses se valian de diversos instrumentos (cheeb) , como cierto tipo de estiletes que les permitian trasar
lineas de diferente grosor y de pinceles con los que coloreaban las figuras
e iluminaban el fondo, sobre el que màs tarde escribian.
Aunque los tres códices tienen caracteristicas semejantes y comparten
una serie de elementos tanto formales como de contenido, es posible distinguirlos
por los diferentes asuntos que tratan, por el tipo de trazos que los caracterizan
y por el estado de conservación en que se encuentran.
Si bien los tres son de caràcter adivinatorio y la mayor parte de
sus paginas estàn estructuradas a base de almanaques, es decir,
de registros calendaricos que señalaban tanto ceremonias como augurios
relacionados con temas como el año nuevo, la agricultura, la caceria,
la época de lluvias, el tejido, la deidad de la Luna, etcétera,
en el Dresden y en el Paris hay adermas profecias para ciclos de casi 20
años llamados katunes, y asuntos astronómicos. Por las diferencias
estilisticas y de la calidad de los dibujos. se sabe que en cada uno de
esos tres códices intervinieron varios escibas, quienes ejecutaron
sus textos con verdadera maestria.
Algunos fueron màs cuidadosos
que otros; en ocasiones, no calcularon correctamente el espacio del que
disponian, por lo que encontramos campos en blanco y textos muy apretados;
sin embargo, es claro que esos especialistas compartian una serie de ideas
religiosas y conocimientos tanto de la escritura glifica como del calendario,
pues existen varios almanaques semejantes en los tres códices, conocidos
con el nombre de pasajes paralelos, que tienen en comùn fechas,
figuras y glifos.
LA ELABORACIÓN DE LOS
CÓDICES Y LOS ESCRIBAS
Escribir un codice implicaba una cuidadosa y larga tarea, en la que
interveniena varios especialistas. Comenzaba con la preparacion del papel,
hecho de largas tiras de la corteza del kopo' (Ficus cptinifolia), que se doblaba en porciones iguales, para asi formar
las " paginas " ; los mayas yucatecos del siglo xvi llamaban al papel asi
dispuesto, listo para convertirse en libro, anahte' .
Despues se cubrian las irregularidades del papel con una capa de almidon
y se revestian con una preparacion blanca de carbonato de calcio, sobre
la cual ya se podia escribir ; sin embargo esta tarea solo se iniciaba
una vez que cada pagina habia sido marcada con una gruesa linea de color
rojo y habian sido trazadas las lineas guias de acuerdo a la cantidad de
textos que se ivan a anotar y con el numero de paginas que estos requerian.
Asi, varias paginas se dividian en dos, tres, cuatro, o cinco secciones
mediante gruesas lineas rojas dispuestas en sentido horizontal. Las secciones
se subdividian en columnas con finisimas lineas verticales, generalmente
en rojo, y se hacian otras en sentido horizontal, tambien muy degadas,
que servian para distribuir los textos.
Los especialistas de tiempo completo que escribian los codices se
llamaban ah ts'ib y ah woh , es decir
escribas y pintadores. Eran sacerdotes miembros de la nobleza que no solo
sabian leer y escribir sino que tenian una serie de conocimientos que habian
adquirido despues de un largo aprendizaje, entre los que se encontraba
la historia, la medicina y el calendario, asi como los rituales periodicos
que se realizaban en las distintas ceremonias y las diferentes formas de
adivinacion.
Los sacerdotes eran los encargados de hacer los libros, que
ya terminados eran denominados pik hu'un.
Los códices eran considerados como objetos sagrados, tanto
por su contenido como por su uso. Sabemos que, antes de en las ceremonias
religiosas, eran sometidos a un ritual purificatorio y de renovación.
Al parecer eran leidos por varios sacerdotes, cómo lo indican los
textos de Chilam Balam de Chumayel, por lo que tal vez cada pasaje no tenta
una lectura ùnica sino, màs bien, habia varias interpretaciones
del mismo.
Bibliografia
- Códice Tro-Cortesiano, Introducción
Manuel Ballesteros, estudio Miguel Rivera Dorado, Testimonio Compañia
Editorial, Colección Tabula Americae, Ministerio de Cultura, Espaha,
199.
- LEE, Thomas, Los códices mayas, edición
comnemorativa del X Aniversario de la Universidad Autónoma de Chiapas,
México, 1985.
- Love, Bruce, The Paris Codex. Hand book for
a Maya priest, University of Texas Press, Austin, 1994.
- THOMPSON, Eric, Maya hieroglyphic writing.
An introduction, Carnegie Institution of Washington, Publication 589, EUA,
1950.
- Un comentario al Códice de
Dresde. Libro de jeroglifos mayas, Fondo de Cultura Económica, 2
vols., México, 1988.
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